El día 3 de julio del 2010, todos los habitantes de la República del Paraguay estaban pendientes a 11 jugadores de fútbol en el Mundial de Sudáfrica, ocasión en que la selección guaraní enfrentaba a España por los cuartos de final del certamen.
Tristemente, aquel partido mundialista, en el que Paraguay cayó por la mínima con la que se llevaría la Copa del Mundo, fue el último encuentro de nuestro país en la máxima cita del fútbol.
En ese compromiso, la "Albirroja" tuvo todo para clasificar a una histórica semifinal, sin embargo, el penal de Óscar "Tacuara" Cardozo que fue atajado por Iker Casillas, ocasiones claras desperdiciadas, más la suerte y contundencia de la selección española, dejaron a Paraguay con las manos vacías, pero con el respeto del mundo entero.
Luego del 2010 y un fugaz momento de alegría con la Copa América del año 2011 en Argentina, Paraguay cayó de los primeros planos del fútbol sudamericano, quedando fuera de las posteriores tres citas mundialistas (Brasil 2014, Rusia 2018 y Catar 2022).
La edición "tripartita" del 2026 ofrece la posibilidad de volver a los primeros planos del fútbol a nivel mundial. Una obligación más que imperiosa de la "Albirroja" con su afición.
El veterano Paulo Da Silva dedicó un post en sus redes sociales a la Albirroja del 2010, aquella que alcanzó la histórica clasificación a los cuartos de final del Mundial sudafricano.
El jugador con más presencias en la selección paraguaya absoluta se hizo sentir este jueves a través de sus redes sociales.
“Uno comienza a dimensionar hoy lo que construyó y consiguió en su carrera a lo largo de los años. Honor, respeto, profesionalismo y mucho amor por la querida Albirroja. Lo logramos todos juntos. A 13 años del pase a cuartos de final de un Mundial”, escribió el hoy zaguero de Independiente de Campo Grande.
Paraguay hizo historia en el primer Mundial disputado en suelo africano. El martes 29 de junio del 2010, superó a Japón en la tanda de los penales por 5-3, luego del empate sin goles y alcanzaba al fin el tan reclamado quinto partido.
El equipo conducido por el “Tata” Martino había ganado brillantemente el grupo F, dejando en el camino nada menos que a Italia, el campeón del Mundial pasado, jugado en Alemania, en el 2006.
Era la primera vez, en un Mundial, que un seleccionado guaraní terminaba primero en una Fase de Grupos y aquel del 2010 estaba mentalizado a ir por más logros.
Hasta el Mundial de Sudáfrica, la Albirroja nunca había disputado una etapa de cuartos de final. Antes había arribado en tres ocasiones a los octavos y siempre quedó en el camino.
Se cumplen 12 años de la desaparición física del siempre recordado Carlos Diarte, uno de los futbolistas paraguayos más talentosos de todos los tiempos.
El ‘Lobo’ nació el 26 de enero de 1954 en la ciudad de Asunción, capital de la República del Paraguay.
Debutó en Olimpia en 1971 con tan solo 16 años de edad y ese mismo año ganó el torneo de Primera. No tardó en pegar el salto europeo: sirvió tres años (1973-1976) al Real Zaragoza, donde coincidió con otros ‘monstruos’ de su época: Saturnino Arrúa y Felipe Ocampo.
Ya en 1976 pasó al Valencia. Allí se hizo ídolo y formó trío con el argentino Mario Alberto Kempes y el mítico holandés, Johnny Red. Durante 1979 y 1986 pasó por el Salamanca, Real Betis y el Saint Étienne francés.
Se retiró como campeón de la entonces Liga Paraguaya de Fútbol con su amado Olimpia en el 87.
Su paso por la selección paraguaya quedó inmortalizado en 45 apariciones, lastimosamente sin ningún título.
Diarte entrenó al Valencia (1988), Deportivo Alginet, Atlético de Madrid B, Salamanca, Gimnástic de Tarragona, en España; y en Paraguay a Olimpia, Colegiales y Guaraní.
Pasó a mejor vida un 28 de junio del 2011 a los 57 años en la ciudad de Valencia tras padecer una larga lucha contra el cáncer. Sus funerales fueron dignos de un héroe.
